El esófago es un conducto tubular que forma parte del sistema digestivo que se compone de diferentes capas que lo ayudan a ejercer las funciones que son necesarias para transportar la comida hasta el estómago.
De acuerdo a la anatomía, se extiende desde la faringe hasta la boca del estómago, de manera que se encuentra desde la sexta o séptima vértebra cervical hasta la décima o undécima vértebra torácica.
Se compone por cuatro capas que actúan de manera coordinada para ejercer los roles necesarios de este órgano.
Las capas del esófago
Capa mucosa
La capa mucosa está conformada completamente por epitelio escamoso estratificado que contiene numerosas glándulas mucosas.
Esta capa se compone a su vez de tres partes, las cuales son el epitelio de revestimiento, la lámina propia subyacente, que es un tejido conectivo laxo y la mucosa muscular.
El epitelio que conforma la mucosa es plano y no queratinizado. Debajo de este epitelio se puede encontrar una zona media que está compuesta por tejido conectivo con una baja presencia de células, linfocitos dispersos y también con nódulos linfáticos que por lo general se encuentran cercanos a los conductos excretores que son parte de las glándulas secretoras.
- La capa basal del epitelio es una capa de células que se proliferan y que se mueven constantemente para reemplazar el recubrimiento del epitelio.
- En la lámina propia se encuentran los capilares linfáticos, capilares sanguíneos y tejido conectivo suelto.
- La mucosa muscular es delgada y consiste en una doble capa de músculo suave, que es más substancial en la parte inferior del esófago.
Capa submucosa
La capa submucosa es altamente vascular, y también contiene tejido conectivo suelto. Las glándulas esofágicas se encuentran localizadas en esta capa, las cuales son las responsables de segregar el “mucus” que es un fluido que ayuda a lubricar y facilitar el paso de la comida a través de este conducto.
Es una capa gruesa con una gran cantidad de colágeno, cuya función es conectar la capa mucosa con la capa muscular externa. Visto de manera transversal, el esófago tiene la apariencia de capas dobladas.
Por lo general, la capa mucosa y submucosa son tratadas como una sola ya que juntas forman pliegues largos longitudinales, pero para los efectos de los estudios de la anatomía, es mejor tratarlas como capas separadas.
Normalmente el esófago se encuentra cerrado y vacío, a excepción de cuando se produce la deglución. Cuando el esófago está cerrado es por causa de los pliegues longitudinales de las capas mucosa y submucosa.
En el proceso de deglución, los pliegues se distienden para permitir el paso del bolo alimenticio que se dirige al estómago.
Capa muscular externa
Esta capa, en el primer tercio superior contiene músculo esquelético, en la mitad del órgano se compone de una mezcla entre musculo esquelético y suave, y en el tercio inferior es completamente músculo suave.
Se encuentra compuesta por una capa interna de fibras circulares, mientras que en la capa externa se encuentran fibras longitudinales
Estas dos capas se encuentran unidas y alrededor de todo el esófago. No obstante, la capa interna consiste en un espiral muy apretado de manera que los devanados son prácticamente circulares, mientras que el devanado de la capa externa es un espiral un poco más suelto por lo que es prácticamente longitudinal.
Capa adventicia
- La capa adventicia es la capa externa del esófago que se compone de tejido suelto fibroso que conecta al esófago con las estructuras vecinas.
- La función de esta capa es la de fijar el órgano al resto del cuerpo, dándole así el soporte que necesita.
- Cuando el esófago entra en la cavidad abdominal, la capa adventicia es sustituida por una capa serosa.